Arturo "Cachacha" Alfaro Salas

Llamado "El Catedrático de la Defensa" por los medios mexicanos durante la gira alajuelense en 1931. Nació el 5 de octubre de 1907.

Durante cuatro años fue el mejor beisbolista de la provincia de Alajuela. Cuentan los que lo vieron jugar, que era un gran pitcher. Jugó con “El Torbellino”, primer cuadro que existió en Alajuela. No obstante decidió cambiar los spikes por los botines con tacos; después del ruego de amigas suyas. En las tardes solía ir a Plaza Yglesías de Alajuela, a hacer sus primeras armas en el fútbol.

Así, en 1927 se integró a la segunda División de L.D.A. Por su estatura se le ubicó en el puesto de zaguero dando, desde sus inicios, la sensación de que sería un hombre destacado. En un principio formó la pareja de zagueros con Miguel Ángel Chavarría, quien con el correr de los años llegó a ser campeón de boxeo de peso completo.

Ese mismo año (1927), lo ascienden a la primera División, donde en poco tiempo llega a ser titularísimo.

En 1929 fue con La Libertad a Cuba y con Heredia, a pedido de Eladio Rosabal, a El Salvador; en esta gira cuando formó por primera vez pareja con Guillermo Coto; junto con quien integrara, durante diez años, la mejor pareja de zagueros que ha tenido la Liga Deportiva Alajuelense y el país en toda la historia.

Tiempo después Memo pasó a formar parte de las filas manudas. Coto, más bajo de estatura, fuerte, rompedor, jugaba adelantado desarmando las avanzadas y cuando se lograba desbalancear al adversario, surgía Alfaro, con su habitual calma y serenidad y despojaba del balón a los invasores.

“Cachacha” fue defensa oficial del equipo costarricense en las Olimpiadas de La Habana en 1930.

Especialmente, se le recuerda cuando vistió la camiseta de la Sociedad Gimnástica Española, en su difícil compromiso contra el “Hakoah All Stars” de Nueva York, el domingo 6 de setiembre de 1931, el encuentro finalizó 5-1.

Cuando se aprestaba a participar en la Selección que en 1938 fue a Los Juegos Centroamericanos en Panamá, una lesión en el menisco lo obligó a alejarse de las canchas, después de diez años de labor ininterrumpida en su club.

No tuvo despedida, su último partido fue inesperado, pero la afición lo recuerda con cariño, porque él supo dar todo su empeño en las canchas y amistad fuera.
Después del retiro siguió ligado a El Alajuelense desde su cargo de directivo. En una ocasión dirigió las divisiones menores, para ayudar a los que se iniciaban en el arte del balón redondo. Además de ser entrenador de la primera división.

Alfaro, Espigado, elegante, técnico, impasable, que inspiraba respeto al delantero más pintado. De juego sobrio, marcaba con estilo y seguridad. Figura de un colorido en el fútbol de Costa Rica. Un fuera de serie, poseedor de un gran tecnicismo a quien por la seguridad de su juego y el estilo, se le llamó “EL CATEDRATICO”.


A pesar de que se le ofreció jugar en La Libertad y El Herediano, nunca quiso cambiar sus colores. La afición hizo de él un verdadero ídolo, porque unía a su juego limpio y sobrio, las capacidades de caballero. El deporte fue parte de su vida, jamás protestó alguna decisión de los árbitros, por pensar que el fallo no era justo, era un caballero por excelencia.
El más brillante defensa que ha tenido Costa Rica en todos los tiempos. Falleció el 19 de diciembre de 1982. Inexplicablemente, no figura en la “Galería Costarricense del Deporte”.

Fuentes:
-Memoria Liga Deportiva Alajuelense. Armando Mórux Sancho.
-Época de oro del fútbol costarricense. Fernando Naranjo.
-Historias Deportivas del SXX. Fernando Naranjo.